Ximena Carrasco: ‘‘El trato es maravilloso, estoy eternamente agradecida del policlínico’’.

Ximena Carrasco llegó a trabajar al Policlínico El Salto en el año 1996. Años antes, en el mismo lugar, estudió en la Escuela de Hotelería y Hogar El Salto dirigida a mujeres, a quienes se les entregaba una formación técnica y humana, junto a la posibilidad de obtener un trabajo remunerado.

En la escuela hizo un curso para poder trabajar de auxiliar de aseo y mantención, cargo que ocupa hoy en nuestro policlínico. También hizo cursos de mucama y de ayudante de cocina.

‘‘Cuando salí de cuarto medio no sabía muy bien qué hacer, pero alguien me contó que en este lugar hacían cursos para el hogar, ya que en ese entonces aún no era el policlínico’’, comentó.

Después de realizar su práctica como manipuladora de alimentos en el Casino Central, trabajó en otro casino porque esa área le gustaba. Luego nació su hija y se dedicó al cuidado de ella.

Cuando su hija cumplió un año y medio, Ximena empezó a buscar trabajo. Ahí fue cuando una amiga que había conocido en el curso, le comentó que necesitaban una persona para un reemplazo en el cargo de aseo y mantención en el policlínico.

‘‘Me acomodaba mi horario de trabajo, porque comenzaba a las 11 de la mañana y salía a las 3 de la tarde, entonces podía estar más tiempo con mi hija y no me faltaba para las cosas esenciales’’, aseguró.

Ximena confiesa que lo que más valora de su trabajo es el trato con la gente, ya que nunca ha tenido un malentendido ni una discusión con alguien. ‘‘El trato es maravilloso, estoy eternamente agradecida del policlínico porque en ciertas situaciones me han ayudado mucho’’, agrega.

Además, valora la cercanía con su trabajo. ‘‘Siempre camino, me demoro 30 minutos cuando voy rapidito y creo que eso me ha mantenido activa’’.

‘‘No me gusta ver cuando llegan personas enfermitas al policlínico, pero me pone contenta que encuentren un lugar limpio y agradable, y que cuando entren al baño tengan todo lo que necesitan’’, concluyó.