El 1 de diciembre del año 2020, Sandra Urrea llegó a trabajar al Policlínico El Salto como auxiliar de aseo y mantención del área dental y psicología, luego de que el sacerdote de la parroquia a la que asistía, la recomendara para el cargo en el que estaban buscando a una persona.
Sandra cuenta que conocía el policlínico hace muchos años ya que fue paciente del servicio dental y en algunas oportunidades llevó a sus hijos a sus controles pediátricos.
Es casada hace 41 años, madre de 3 hijos y abuela de 4 nietos, comenta que es católica y que se considera una persona tranquila, ya que según ella: ‘‘siempre me trato de adaptar a todo tipo de entornos’’.
Ad portas de cumplir dos años trabajando en El Salto, confiesa que lo que más valora de su trabajo es la forma en que la recibieron, ya que asegura que: ‘’Me gusta mucho el trato de la directiva y de todo el personal, en el policlínico son todos muy acogedores y el ambiente es muy familiar’’.
‘‘Me levanto todos los días con ganas de ir a trabajar y dando gracias a Dios porque es un trabajo grato. A los pacientes que llegan al policlínico les gusta mucho el lugar y el entorno’’, comentó.
Sandra vive cerca del policlínico, por lo que camina todos los días al trabajo que realiza de lunes a viernes en jornada completa. Además, afirma que tiene muy buena relación con sus compañeras.
‘‘Yo ya tengo 58 años, ojalá pueda seguir mucho más tiempo acá si es que la salud me lo permite, nunca había encontrado un lugar tan grato para trabajar, es como si estuviera en mi casa’’, concluyó.