La paciente Flor Valdivieso, luego de participar en el Programa de Mediación del Policlínico
El Salto, destacó el profesionalismo entregado en el servicio. “Para mí fue excelente, pude
encontrar lo que necesitaba”, comentó.
Tras vivir complejos momentos en su matrimonio, Flor decidió pedir ayuda y conocer de
cerca la realidad de su problema. Gracias al programa, encontró las herramientas
necesarias para mejorar la relación con su marido. De hecho, la Panchita, su hija de 16
años, les dice que ahora “son pololos y amigos”.
Para Flor, cada caso que se presenta en el policlínico es diferente, y el programa sabe
llegar a cada uno de manera muy acertada. Cada una de las técnicas de convivencia que se
enseñan, no solo se ponen en práctica en lo particular, sino en la vida cotidiana. “Estas
herramientas se van dando con la costumbre, de a poco uno se va alineando. Es más un
aprendizaje de todos los días. Lo recomiendo al 100%”, señaló.
Las profesionales con magíster en Mediación Familiar de la Universidad de los Andes,
María Paz Otaegui, Francisca Guzmán y Macarena Ureta, permiten que la experiencia sea
fructífera y clarificadora para cada caso y cada persona. “La experiencia ha sido muy
enriquecedora, hemos crecido mucho como mediadoras, queremos ser un aporte para la
sociedad, entregar un poco de lo mucho que hemos recibido, pero finalmente las que más
hemos ganado somos nosotras”, comentan.
Además cuentan que los temas que más se han presentado son los relacionales, tanto de
pareja, como de madre e hijos y entre hermanos. Cada uno de estos trata la comunicación y
la resolución de conflictos.
El desafío: “dar a conocer este programa que sirve como una gran herramienta de
resolución pacífica de conflictos. La idea es que la gente conozca sus beneficios y que ojalá
llegue a todas las zonas de la comuna y de Santiago”.
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