Monseñor Ricardo Ezzati visita el Policlínico El Salto y entrega mensaje sobre la caridad cristina

El viernes 5 de agosto, el Policlínico El Salto estuvo de fiesta. Recibió por primera vez la visita del Cardenal y Arzobispo de Santiago, Monseñor Ricardo Ezzati quien fue recibido por las autoridades del policlínico; el sacerdote del Opus Dei, José Antonio González; el personal; miembros de la Asociación de Amigos de El Salto; alumnos de psicología de la Universidad de los Andes; miembros de la comunidad y por algunos pacientes que se atienden habitualmente en él.

Tras recorrer las instalaciones, conversar con pacientes y trabajadores, el Arzobispo de Santiago comentó: “Es emocionante ver cómo la caridad cristiana sabe unir el aprecio a las personas, con lo que es la capacidad terapéutica que tienen los médicos, los psicólogos y todas las personas que atienden a estos pacientes. Me llamó la atención la cercanía de la gente, que se encuentra en su casa aquí, que sienten que pueden encontrar no solamente la acción terapéutica, sino que también pueden encontrar personas que acogen, que escuchan, que se conmueven con ellos y que por consiguiente le dan también una confianza muy grande a su vida”.

En la visita, se mostró un video de El Salto donde se dio a conocer parte de la obra que realiza el policlínico, la atención a cerca de 15 mil personas al año y la motivación de cada uno de los profesionales, asistentes y voluntarios, para trabajar por las personas que más lo necesitan. Chantal Duhalde, directora del policlínico, aseguró: “Hemos invitado al cardenal porque pensamos que todos los pastores, y nosotros también, necesitamos una alegría y sentir el cariño de todos sus fieles. La alegría es una gran virtud que nos enseñan en el Opus Dei y queríamos hacer vivir una alegría a nuestro pastor. Quisimos invitarlo también para que conociera el policlínico, que es la primera obra corporativa del Opus Dei en Chile y nuestra labor que es muy amplia.

En el encuentro, Monseñor Ricardo Ezzati también hizo una reflexión sobre la capacidad de conmoverse que tiene el ser humano, la dimensión humana y de vida que brota del interior del hombre. “Me alegro de haber estado acá en el mes de la solidaridad, porque aquí tenemos un ejemplo concreto de lo que significa ser solidarios. Me decían que la gente da un pequeño aporte y me parece muy educativo eso, la solidaridad no es solamente permitir que haya una acción en la cual las personas no tengan que participar. La participación significa también participar en lo que significa el mantenimiento de una estructura como ésta, aunque sea de lo poco que uno puede dar. Eso permite que la gente no se sienta objeto de solidaridad y de caridad, sino que se sientan partícipes de un proyecto de solidaridad”.

De esta forma, el Policlínico El Salto recibió una inyección de vitalidad para seguir trabajando con toda la fuerza, para no perder la capacidad de conmoverse y trabajar desde el amor para la comunidad de Recoleta.

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