El año 2019, Paula Fuentes conoció el policlínico al llevar una donación desde el Colegio donde estudiaban sus hijas. Un tiempo después, le ofrecieron ser la encargada del voluntariado, trabajo que ejerce desde fines de ese año en el Policlínico El Salto.
Casada hace más de 30 años y madre de seis hijos, Paula es Enfermera Matrona. Cuenta que cuando la entrevistaron para el cargo, le gustó mucho la idea de desarrollar el área del voluntariado porque ‘‘era un gran desafío para mí, quería que todos supieran la gran labor que se hace en El Salto”.
Establecer contacto con personas, colegios, universidades e instituciones de Santiago, para dar a conocer los voluntariados que se pueden realizar en el policlínico son parte de las tareas que realiza. ‘‘La labor del voluntariado es muy importante para que se puedan cubrir todas las actividades, porque somos pocas las personas que trabajamos de planta y necesitamos muchas manos para hacer todo el trabajo’’, asegura.
Asimismo, señala la importancia de que haya gente comprometida, que haga su trabajo profesionalmente, con responsabilidad y con mucho cariño, porque ‘‘el trabajo del voluntariado apela absolutamente a la generosidad de las personas para que entreguen su tiempo y saquen adelante un encargo concreto. Esto es muy eficaz y las mismas voluntarias lo agradecen mucho, es reconfortante’’.
Hay muchas labores que se pueden hacer desde el voluntariado. ‘‘Tenemos voluntarios de especialidades médicas que atienden gratuitamente a pacientes en el Policlínico, voluntarias que ayudan a atender en las recepciones todos los días y en los bazares que se realizan cuatro veces al año. Otra voluntaria se hace cargo de mantener en perfecto orden los medicamentos llegan como donación todos los meses a la farmacia y que después se entregan gratuitamente a los pacientes, otra que se encarga de eliminar de manera adecuada los medicamentos vencidos y otros voluntarios que apoyan desde su profesión, como un ingeniero, una psicóloga y una periodista” comenta.
Paula asegura lo que más valora de su trabajo es el ambiente y el equipo humano, ya que: ‘‘en el policlínico hay excelentes relaciones humanas y el trato con los pacientes es muy gratificante, se trabaja bien y contenta, tratamos de no dejar nada para el día siguiente para optimizar el tiempo y tenemos buenos momentos de convivencia para celebrar los cumpleaños y las fechas importantes’’.
El desafío para este año es: ‘‘Conseguir más médicos de especialidades demandadas en el policlínico y que no tenemos, tales como, neurólogo infantil, reumatólogo, etc., y una manera que hemos visto mucho más concreta y para los profesionales también más fácil, es que nos donen horas en sus lugares de trabajo, tal como lo hace la Fundación Oftalmológica Los Andes, que recibe y atiende pacientes nuestros los miércoles en la mañana’’, concluye.