Gladys Tapia llegó como paciente al Policlínico El Salto hace más de una década y luego de que su orientadora familiar le planteara ser voluntaria en recepción, se quedó trabajando 12 años de secretaria recepcionista. Pero en marzo de este año, Gladys aceptó el desafío de ser la nueva Asistente de Operaciones.
Es casada hace casi 36 años y madre de dos hijos, dice no estar acostumbrada a los cambios, tiende a decir que no cuando se los proponen pero Paula Leiva, la actual directora del Policlínico, le propuso este desafío y aceptó.
Verificar que las maquinarias funcionen, que las personas estén haciendo su trabajo y tratar de solucionar los problemas que estén a su alcance son parte de sus nuevas labores.
Gladys ve con optimismo este desafío y según ella: ‘‘jamás pensé que me iban a dar esta oportunidad, estoy súper agradecida que hayan pensado en mi para hacer esto’’. Además, cree que su ascenso puede marcar un precedente, al igual que como a ella se le dio la oportunidad, otras personas podrían seguir sus pasos.
A casi dos meses del traslado, Gladys cuenta que es distinta la sensación de llegar al lugar donde trabajaba de cara al paciente todos los días y ahora tener que pasar un poquito más de largo por el pasillo. Aun así, manifiesta que: ‘‘para mí es enriquecedor, es lo máximo estar aquí’’.
Gladys espera poder solucionar todo lo que le planteen en su nuevo trabajo ya que, ‘‘esto es mi otra casa, entonces me gusta que mi segunda casa ande bien igual como está la de uno’’, expresó.
‘‘Mi único objetivo es que esto siga creciendo, siga funcionando y sigamos ayudando a las personas de acá de la comunidad y a las personas que vienen de otras comunas también’’, concluyó.