Todos estamos viviendo una situación excepcional en nuestras vidas. Probablemente la mayoría de nosotros nunca habíamos tenido que aislarnos tanto tiempo en nuestras casas. Esto puede generar diferentes reacciones y emociones en las personas. Estas sensaciones que podemos sentir están relacionadas con la ansiedad y sintomatología ligada a la depresión. “El aislamiento también genera hastío por el encierro, aburrimiento, en algunas ocasiones mayores roces familiares y cambios en la rutina que pueden generar desorden en los ritmos biológicos, desordenando el sueño y la alimentación”, nos cuenta el psicólogo del Policlínico, Ignacio Cifuentes. Esto, además, se acompaña al miedo de contagiarse y a todas las consecuencias que conlleva la pandemia.
En estos momentos se nos presentan preocupaciones e incertidumbres sobre qué va a pasar, lo que genera altos niveles de ansiedad. “Es esperable que las personas manifiesten un aumento en los pensamientos ligados a temáticas relacionadas con el virus, lo que se traduce en una constante preocupación que puede generar irritabilidad”, cuenta el psicólogo del centro. A esto, se le pueden sumar las preocupaciones económicas que están viviendo muchas familias del país.
Más que evitar estas situaciones, lo ideal es manejarlo de la mejor forma posible, ya que todo el mundo está siendo afectado por la misma razón. Esperar que no presentemos ninguna sintomatología es poco realista.
Ignacio Cifuentes nos aconseja mantener nuestras rutinas estables, como, “usar ropa de trabajo en los horarios que tengan asignados, ducharse en las mañanas y hacer un espacio mental distinto para cada actividad, puede ayudarnos a conservar parte de la rutina y a mantenernos activos”.
Es recomendable también limitar la cantidad de información que recibimos, no estar todo el día con el televisor o la radio prendida, no hacer caso a todos los mensajes o videos que nos llegan por redes sociales, ya que muchas veces esto genera mayor ansiedad que no ayuda en el día a día. “Realizar deporte en casa, conversar con seres queridos y mantener los horarios de comida lo más estables posibles para que no afecte en nuestros ritmos biológicos, pueden ser algunas medidas que ayuden a manejar de mejor manera la sintomatología”.
Debemos aceptar estas emociones, es esperable que surjan dado que somos seres sociales y el encierro no es algo a lo que estemos acostumbrados. Debemos acompañarnos mutuamente en estos momentos de crisis y aprovechar este tiempo para hacer actividades que distraigan y que durante el año no tenemos tiempo de hacer.